9 trompas al unísono

Nueve trompas sonando al unísono en los primeros compases de una obra para reconocer la grandiosa 3ª sinfonía de Gustav Mahler.
Y hace unos días es lo que tuve la oportunidad de escuchar, de nuevo, en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid.

En esta ocasión, dirigida la OSCyL por su director titular Thierry Fischer y acompañada por la mezzosoprano Anna Larsson, el Coro de la OSCyL y la Escolanía de Segovia.

Esta es una obra, larga y densa, que cada vez que se escucha te permite descubrir nuevos matices.
En mi caso, en esta ocasión, me quedo con el 6º movimiento ("Lo que el amor me enseña", como himno al amor divino) que se inicia muy suavemente, sólo con las cuerdas a las que se van uniendo otras secciones de la orquesta en lento ascenso.
En este punto, y sin darme cuenta, me descubrí imaginando lo que sería escuchar el comienzo de esta parte final de la sinfonía contemplando las vidrieras de la Sainte-Chapelle en París...